Con motivo de la firma y la adjudicación por parte de mi hermano Pancho de la casa de nuestros padres, nos ha invitado a almorzar al Restaurante Alhambra. Hacía bastante tiempo que yo no iba y me ha encantado. Iñaki como siempre tan cariñoso nos ha atendido de cine y hemos comido fenomenal.
Los entrantes los ha puesto a su elección y han sido:
1- Una Vichyssoise en vasito alto pero estrecho acompañando a una diminuta Brandada de Bacalao con forma de mini_huevo frito.
2- Jamón blanco al horno, exquisito.
3.- Salmorejo Cordobés, con una vieira a la plancha y una lámina de remolacha. Impresionante!
4.- Huevo escalfado con Trufa y Verduritas en Tempura. Una pasada!
Bueno, despues de esto y todo bien regadito de Inurrita, hemos pasado al plato fuerte que en mi caso ha sido un Rodaballo asado sobre una cama de Risotto de Chipirones. ¡Qué rico, por favor!
Mis hermanos han tomado, Merluza, Paloma torcaz al estilo tradicional, Costillar de Corderito, todo buenísmo.
De postre un helado de cítricos cubierto de un velo de mango.
He querido felicitar al chef Javier Díaz que como siempre lo ha bordado.
Unas fotos para abriros el apetito.
Salmorejo Cordobés
Jamón blanco al horno*
Huevo escalfado
Rodaballo sobre Risotto de Chipirones
Costillar de Corderito
Paloma
Helado con velo de Mango
Pancho y Juan Pablo
Luis y Miguel
Ignacio y Juan Pablo
Tote y Luis
Miguel y yo
Tote y Pancho
Pequeña explicación sobre jamones:
* El jamón ibérico se obtiene del cerdo de raza ibérica, mientras el jamón blanco (también llamado “jamón serrano” o “jamón de bodega”) se obtiene del cerdo de raza blanca.
Dadas las características radicalmente distintas entre estos dos tipos de cerdo, tanto morfológicamente como en cuestiones de crianza y alimentación, el jamón ibérico se distingue claramente del jamón blanco o “serrano”.
El jamón ibérico presenta infiltraciones de grasa (el característico veteado), un color rojo intenso o ligeramente caoba, aspecto brillante y en ocasiones unas motas de color blanco proceso de su curación (son los llamados “cristales de tiroxina”).
La textura del jamón ibérico (en corte) es untuosa, su aroma intenso y fragrante, y su sabor delicado y con notas de bellota, que perdura de manera persistente en el paladar y garganta.
Por su parte, el corte del jamón blanco es de color rojo apagado o rosa, sin infiltraciones de grasa, tacto poco untuoso, aroma poco intenso, sabor más salado y poco persistente.
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