El largometraje se ha desarrollado, a lo largo de cuatro semanas, en varias localizaciones navarras como el parque de Bomberos, el centro de Pamplona o el Planetario.
Cormenzana, que afronta en Navarra su tercera semana de rodaje tras grabar en Madrid, ha explicado en declaraciones a los periodistas su descubrimiento de la existencia de la alexitimia, un trastorno neurológico que entraña "la dificultad de entender en ti y en los demás las emociones básicas" y que puede afectar a un 10 por ciento de la población en grados diferentes.
"Es una historia sobre superar ese trastorno y poder volver a vivir", ha remarcado el realizador para agregar que, para documentarse, visitó diversas plantas psiquiátricas y contactó con personas que padecen el citado trastorno y neurólogos.
UN BOMBERO INCAPAZ DE ENTENDER LOS SENTIMIENTOS
El largometraje narra la historia de Marcos, un bombero que ingresa en una clínica para tratar la alexitimia y que será atendido por un psiquiatra y una psicóloga con metodologías opuestas.
En ese sentido, ha precisado que el psiquiatra utiliza una metodología basada "en practicar terapias de shock" y la psicóloga aboga por "una sensibilización progresiva".
Para Cormenzana, el rodaje del filme está yendo "por encima" de lo esperado ya que, ha dicho, "los actores están mejor" y a nivel técnico todo está "fluyendo muy bien".
El actor Roberto Álamo, que da vida al protagonista del filme, Marcos, ha aseverado que la interpretación se realiza "con mucho tacto y dificultad" porque él mismo se reconoce como una persona "bastante emocional".
Para Álamo, el ser humano "tiene sentimientos y esos sentimientos están unidos por una especie de hilo con la emoción" por lo que "sentimos cosas y expresamos emociones".
Y a Marcos, según ha aseverado Álamo, "ese cordón que une el sentimiento con la emoción se le ha roto" y, de esta forma, "siente todo, pero no sabe qué emoción corresponde a las cosas".
Asimismo, ha explicado que Lola, la hija de Marcos, busca recuperar a su padre, a quien recuerda como "cariñoso, familiar, buen compañero y dicharachero" y que, en pocos meses, se ha convertido en una persona "apática y seria".
Álamo ha destacado también la "sensibilidad" de Cormenzana y ha resaltado que es "muy empático, un ser absolutamente sensible, que tiende siempre al cariño".
La actriz madrileña Manuela Vellés que interpreta a la psicóloga Luna, quien atiende a Marcos, ha indicado que le interesa "mucho la psicología y la mente humana" y que, por ello, le atrajo "un montón" dar vida a su personaje.
"Lo que tiene realmente mi personaje es mucha vocación de ayudar a los demás", ha recalcado.
La película aborda, según Vellés, "los sentimientos, la dificultad de expresarse, el cómo enfrentarse a los miedos o la empatía hacia los demás".
Ha explicado que su personaje entiende el trato a los pacientes desde "la paciencia y la sensibilización" y lo primero, a la hora de atender, es que el paciente "tenga claro que tiene un problema o una dificultad".
"La segunda fase sería que confiara en mí para que me cuente sus cosas, crear un vínculo de confianza y, después, a través de recuerdos o emociones", ha remarcado.
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